Lluvia se había quitado su abrigo de invierno, su armadura ligera e incluso su chaqueta militar, dejando solo la camiseta henley y el chaleco de lana. Ninguna cantidad de armadura la protegería del Demonio Despertado, así que quería que sus movimientos fueran ágiles y sin obstáculos lo máximo posible. Parecía un poco poético, como si proclamara que no habría retirada, sólo victoria... o muerte.
También era un poco gracioso. A menudo se mostraba a los Guerreros Despertados preparándose mentalmente para la batalla mientras se ponían su armadura, pero ella estaba haciendo lo mismo mientras se la quitaba. Tal era la penosa vida de un cazador mundano.
Las preparaciones ya habían terminado, las trampas estaban colocadas. Todo lo que Lluvia tenía que hacer era adentrarse en las profundidades del bosque y enfrentar al demonio.
