Había dos formas de construir un Dominio.
Una de ellas la proporcionaba el Hechizo, y dependía de las Ciudadelas.
Al convertirse en el maestro de una Ciudadela, o tener a una persona que aceptase tu autoridad para convertirse en uno, un Supremo podía potenciar y expandir su Dominio sobre vastos territorios. Una Ciudadela era mucho más que solo una fortaleza que contenía un Portal — era una construcción desalentadora de hechicería imposible que subyugaba con fuerza la parte del mundo que la rodeaba y la sometía al dominio de un Supremo.
Esa era la razón por la que tanto el Rey de Espadas como la Reina de los Gusanos, que controlaban la mayoría de los territorios humanos en el Reino de los Sueños, eran tan inmensamente poderosos.
La segunda forma era innata a cada Trascendente y única para su Aspecto.
Nephis sospechaba que la mayoría de los Dominios eran territoriales por naturaleza, lo cual era la razón por la que el Hechizo había basado su método en territorio.
