Lluvia se despertó por el delicioso olor del desayuno. Pasó unos minutos en dulce somnolencia, disfrutando del calor de su cama y la suavidad de su almohada, luego bostezó y se sentó.
Inmediatamente después, se estremeció.
—Ay. Todo su cuerpo estaba adolorido, lo que no era del todo desconocido, pero aún así desagradable. Los rigores de cazar Criaturas de la Pesadilla no eran algo que un cuerpo mundano pudiera manejar fácilmente, así que necesitaba unos días de descanso para recuperarse de la fatiga.
…A diferencia de los Despertados, quienes podían recuperarse de esforzarse al extremo en cuestión de horas.
Gimiendo lastimosamente, Lluvia salió de debajo de las pieles y realizó unos pocos ejercicios de estiramiento simples. Cuando sus músculos rígidos se relajaron un poco, suspiró y finalmente fue a la cocina improvisada situada al lado opuesto de su guarida, de donde provenía el tentador aroma de comida recién cocinada.
