Sunny miró al techo, extendiendo su sentido de sombra hacia arriba. Al mismo tiempo, dejó que su mente volviera al final de la Pesadilla.
...Y qué Pesadilla había sido.
Sunny no sabía cuánto tiempo había pasado vagando por las corrientes terribles del Gran Río, tratando de escapar de la Tumba de Ariel. El último ciclo había durado... ¿cuánto tiempo? ¿Cerca de un año? Y eso era solo su tiempo subjetivo. Para algunas personas, como Cassie y Mordret, había durado mucho más.
Pero ese fue solo el final de los innumerables ciclos. Así que, no podía ni adivinar cuánto tiempo había sido realmente el viaje.
Lo que sí sabía, sin embargo, era que había terminado en el corazón mismo del Estuario, más allá del lago silencioso donde el testamento herético de Ariel había sido inscrito. Cerca de la tumba olvidada del Demonio del Olvido...
Donde un Terror Maldito lo había estado esperando, oculto en la oscuridad.
Ese Terror...
Sunny estaba más o menos seguro de quién era.