Sunny tenía una sospecha de que el Príncipe Loco no había estado dispuesto a desaparecer tranquilamente desde hace un tiempo. Sin embargo, siempre había sido solo eso: una sospecha, sustentada por nada excepto por su conocimiento de sí mismo.
Sunny no habría querido dejar de existir, entonces ¿por qué su versión Profanada sería diferente?
El Príncipe Loco había deseado ser libre, y en el proceso de cumplir ese deseo, causó la muerte de Neph. Su alma fue consumida por la Profanación, pero no completamente; un pequeño fragmento de su humanidad permaneció gracias al Pecado del Consuelo, que lo preservó para atormentar mejor a su anfitrión.
Y así, el vil loco llegó a lamentar haber perseguido su deseo. Maquinó y conspiró para traer a Nephis de vuelta a la vida y crear un ciclo del Gran Río donde la Pesadilla pudiera ser conquistada por la cohorte. Transformó a sus amigos en las Plagas, y luego los traicionó, arreglando que cada uno fuera masacrado.