Había el sonido del viento silbando en los oídos de Sunny.
Él estaba cayendo.
Volando a través de un mar de oscuridad, perdido y desorientado, sin estar seguro de dónde se encontraba.
—El… Estuario…
El viento rugía más fuerte, y Sunny sentía su cuerpo precipitándose a través de él a una terrible velocidad.
Tardíamente, recordó la necesidad de invocar al Ala Oscura y ralentizar su caída.
O invocar las sombras y convertirse en sí mismo en una mariposa monstruosa.
O incluso en un cuervo…
Pero era demasiado tarde para eso.
Aturdido, alcanzó a vislumbrar una enorme edificación negra acercándose velozmente a él desde la oscuridad. Era como una esfera gigantesca de piedra negra, de forma irregular y rugosa, que se cernía en el vacío, eterna e indestructible. Montañas extrañas surgían de su superficie, huecas por dentro...
Parecía un gigantesco corazón de piedra.
Quizás lo fuese.