—Mordret, Mordret... te mantuviste bastante pasivo en la Segunda Pesadilla, ¿no es así? La única vez que compartiste tu conocimiento del futuro conmigo... fue para decirme que no se le podía permitir entrar a la Torre de Marfil —Sunny vaciló un momento, luego sonrió torcidamente—. Pero entonces, lo que realmente querías lograr no era evitar que entrara en la Torre de Marfil, ¿verdad? Era asegurarte de que entrara en la Torre de Ébano en cambio, y recogiera lo que Nether había dejado allí. Con decirme esa frase, lograste exactamente eso.
Sintió como si el suelo desapareciera de debajo de sus pies.
—¿Qué le había pasado a Mordret en la Torre de Ébano? —El Príncipe de la Nada no había compartido esa información completamente, pero mencionó que después de salir de ella, era mucho más difícil de encontrar con la ayuda de la adivinación. Los extraños y vagos símbolos que Sunny había visto en el núcleo del alma de Mordret eran el resultado de eso.
