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—El Pozo de los Deseos —dijo Cassie.
Sunny miró a Cassie con una expresión incrédula, luchando por entender lo que sus palabras significaban.
—¿De qué está hablando... —se preguntó para sus adentros.
Entonces, su rostro cambió ligeramente, un atisbo de confusión y burla apareciendo en sus ojos.
—¿La... la historia infantil? ¿El cuento de hadas sobre un pozo mágico que concede el deseo más preciado de cualquier persona que lo alcance? ¿Estás... estás loca? —exclamó.
Sunny dio un paso atrás, evitando apenas caerse de la chalupa. Su mente estaba llena de perplejidad e incredulidad.
—¡Vamos... vamos! ¡No puedes estar hablando en serio! ¡No creerás que es verdad, verdad? —replicó, agitado.
Esa era el cuento de hadas que Ananke le había contado, poco antes de su muerte. Sunny lo recordaba bien... pero nunca había esperado escuchar a Cassie, alguien tan inteligente y pragmática, poner sus esperanzas en una historia infantil sobre un pozo mágico.
