—El queche volaba sobre las corrientes del Gran Río, girando alrededor del desierto de hielo. Sunny no tenía el báculo encantado para invocar al viento, y no había sido capaz de dominar la hechicería de los Nombres, como Nephis. Pero tenía la Corona del Crepúsculo, y con ella, el agua misma le respondía.
Así que, Sunny hizo que el río mismo impulsara al queche hacia adelante. Una fuerte ráfaga soplaba desde el futuro, también, y en cuanto pasó por la tierra desolada, llenó las velas. Su barco ganaba velocidad a medida que se adentraba en el pasado.
Dejando Verge… y a sus amigos… detrás.
Había una tormenta de emociones en el corazón de Sunny.
Esperanza, emoción, anticipación…
Pero también culpa, miedo y vergüenza.
—¿Qué pensarían Nephis y los otros miembros de la cohorte cuando regresaran y descubrieran que los había abandonado? —se preguntaba Sunny—. ¿Cómo explicaría Cassie su ausencia?