Mientras Naeve y Sunny avanzaban por el muro de la fortaleza portuaria, la batalla se intensificaba detrás de ellos. Los gritos se elevaban al cielo nocturno, y las murallas bajo sus pies temblaban. Ignorándolo todo, siguieron adelante.
Mientras corrían, Naeve gritó:
—¡¿Alguna vez has luchado en el agua?!
Sunny le dirigió una mirada tensa, recordando el angustioso viaje a través del oscuro mar de la Costa Olvidada. El barco que Nephis había construido con huesos de demonio no sobrevivió hasta el final…
—¡Una vez!
El Caminante nocturno soltó una risa nerviosa.
—¿¡Y cómo te fue?!
Sunny apretó los dientes.
—¡Estoy vivo, no?!
No había muchas opciones, de todos modos. Naeve era probablemente el único Ascendido de la Casa de la Noche dentro de la fortaleza; el resto estaba protegiendo a los buques de guerra que navegaban por el estrecho. Bloodwave necesitaría toda la ayuda posible, así que Sunny tenía que unirse a la búsqueda del terrible Terror.
