Aún a cierta distancia del convoy, el ancho total de la autopista estaba bloqueado por algo que parecía una alta pared de aleación. Estaba rodeado por una escena de puro caos, con trozos desgarrados de metal y enormes pedazos de concreto esparcidos por la carretera en un desorden caótico.
Sunny frunció el ceño, tratando de dar sentido a lo que veía. Después de un segundo o dos, pronunció una silenciosa maldición.
Delante de ellos, la barrera entre la carretera y el ferrocarril estaba hecha añicos. El objeto que había pensado que era una pared de aleación era en realidad el techo de un vagón de tren volcado. Uno de los enormes blindados debió descarrilar aquí en algún momento del pasado, convirtiendo toda una sección de la autopista en una pesadilla de concreto roto y aleación retorcida.
—Maldición...