Desafiando la oscuridad silenciosa, volvieron sobre sus pasos y llegaron de nuevo a la entrada colapsada del túnel después de una larga y tensa hora. Nada peligroso sucedió en su camino de regreso, y el convoy parecía haberse defendido bien en su ausencia también.
La falta de acontecimientos de todo aquello fue profundamente perturbadora.
Ocultando su preocupación, Sunny echó un vistazo a las oscuras paredes que les rodeaban. Los vehículos maltrechos permanecían inmóviles, sus ruedas descansando en el frío suelo de asfalto. Aquí y allá, se podía ver a gente descansando o apresurándose para completar diversas tareas.
—...No me gusta esto.
Frunce el ceño y se dirige hacia la escotilla del Rhino. Las personas a las que necesitaba escuchar ya estaban reunidas allí, listas para informar sobre el estado de las cosas.
A medida que Sunny pasó junto a los centinelas, uno de ellos lo llamó de repente.
—Capitán Sin sol, señor...
