Sunny se encogió.
Lo que había dicho Nephis tenía sentido... tanto como la palabra "sentido" podía aplicarse a ella.
Estrella Cambiante quería destruir el Hechizo de Pesadilla, y los Soberanos estaban en su camino. Al igual que Gunlaug, el despiadado tirano del Castillo Brillante, aparentemente habían renunciado a perseguir la liberación del Hechizo, y en su lugar se conformaron con el gran poder que ya les había otorgado.
Lo que era peor, estaban impidiendo que otros avanzaran lo suficiente como para amenazar su posición... al menos eso parecía desde abajo. Quizás los Soberanos tenían otras razones para su despotismo e inacción, pero Sunny no tenía forma de saber si lo tenían.
No es que importara a Nephis. Para ella, simplemente eran un obstáculo que debía ser destruido. Su deseo personal de vengar al clan Llama Inmortal y llevar la retribución a quienes habían traicionado a su padre solo hacía que la tarea fuera más dulce.
