En cuanto el Demonio de Caparazón se congeló, distraído por la amenaza fingida al gran árbol, Nephis se lanzó hacia adelante. No hubo vacilación, ninguna duda, ni siquiera la más mínima pausa entre el momento en que su enemigo había bajado la guardia y su temerario ataque.
Igual que Sunny había estado completamente concentrado en observar los movimientos del monstruo antes, ella había estado observando y esperando este momento exacto desde el principio de la batalla. Estrella Cambiante sabía que, cuando se presenta la oportunidad, solo dura un segundo.
Incluso ese segundo único casi le costó la vida a Sunny. Nephis no iba a desperdiciarlo.
Su figura agraciada voló por el aire como una flecha liberada de un arco poderoso, dejando casi imágenes residuales detrás. La hoja plateada de su espada larga brillaba, reflejando la luz del amanecer. La armadura de blanco y negro parecía convertirse en un borrón.
