—Sunny dudó por unos momentos, luego miró a Kai y dijo con determinación:
— Vamos.
—Kai asintió y siguió al demonio de cuatro brazos, moviendo su cuerpo vendado con esfuerzo visible. Al ver el sufrimiento de su amigo, Sunny apretó los dientes.
—El arquero, mientras tanto, lo miró con una expresión sombría, y luego dijo con su nueva, desconocida y fea voz:
— Sunny… tengo una pregunta. ¿Puedes responderla?
—Sunny aminoró el paso y se volvió hacia él, una profunda mueca deformando las líneas bestiales de su rostro:
— Por supuesto. ¿Cuál es?
—Kai permaneció en silencio un rato, luego preguntó con cautela:
— Eh… ¿exactamente, a dónde vamos?
—Sunny parpadeó un par de veces, luego inclinó un poco la cabeza:
— Ah, cierto. ¿A dónde más? ¡Vamos a hablar con Noctis!
—Con eso, se volvió y continuó caminando hacia la residencia del inmortal hechicero.
—El arquero se apresuró a alcanzarlo, luego dijo con un tono ahogado: