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Tras cruzar sobre el cadáver que yacía en el umbral de su celda, Sunny y Cassie ingresaron al oscuro y vacío corredor y se detuvieron por unos breves momentos. Escucharon tensamente el silencio que lo reinaba, y luego avanzaron con cautela.
La mayoría de los humanos se habría sentido perdidos en la oscuridad impenetrable, pero ninguno de ellos lo encontró incómodo. Caminando suavemente, se dirigieron a la entrada de la escalera más cercana, las sombras se deslizaban frente a ellos para explorar posibles peligros.
Sunny no dejó que las sombras fueran demasiado lejos, sin embargo, sabiendo que podría necesitar su ayuda en un abrir y cerrar de ojos.
En las últimas semanas, había aprendido todo lo que Cassie sabía sobre el Templo de la Noche, por lo que había una imagen mental clara de su interior en su cabeza; las partes de la gran catedral que la chica ciega conocía, al menos.
