Sunny casi tropezó debido a la terrible realización. ¿El cuerpo mutilado dentro del nido de musgo... seguía vivo? —pensó—. ¿Cómo podría ser? Deben haber pasado miles de años desde que el barco volador se estrelló en esta desolada isla. ¿Cuánto tiempo había sufrido esta pobre alma esta tortura desgarradora? ¿Qué pecado habían cometido y quién los había condenado a una eternidad de sufrimiento espantoso? ¿Cómo habían terminado las enredaderas creciendo desde su carne y por qué? Pero lo más importante... ¿cómo diablos ese cuerpo mutilado no estaba muerto?! Incluso la llama divina no tenía poder para acabar con su horrible y espantosa existencia. Si Sunny pudiera encontrar la respuesta, tal vez sería capaz de matar al Monstruo Corrupto, después de todo.