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Para cuando los tres fueron llevados al gran salón del castillo, la noticia de que iba a haber otro desafío aún no se había extendido por toda la fortaleza. Por eso, no había multitudes ahí, solo unas pocas docenas de personas que habían pasado por casualidad y escuchado el alboroto. Sin embargo, su número iba creciendo con cada minuto.
De pie frente a la entrada del salón, Nephis miraba tranquila hacia adelante, sus pensamientos un misterio. Parecía estar firme y serena. Sunny, por otro lado, estaba muy nervioso.
¿Qué estaba planeando Estrella Cambiante?
Echando un vistazo para asegurarse de que nadie pudiera escuchar a hurtadillas su conversación, se inclinó hacia ella y susurró:
—No vas a luchar de verdad contra uno de los lugartenientes de Gunlaug, ¿verdad?
