El Rompecadenas dejó atrás los restos sumergidos del Crepúsculo y se alejó de los soles nacientes. Flotando sobre las corrientes, cruzó el terrible campo de batalla y escapó hacia aguas claras.
El Gran Río fluía debajo de ellos. A estas alturas, la vista del mundo en constante movimiento era a la vez familiar y calmante. Sunny tenía la sensación de que volver a la realidad, donde el suelo era sólido e inmóvil, sería una experiencia extraña.
No había Criaturas de la Pesadilla en las cercanías del Crepúsculo, por lo que podían relajarse unos días. Los miembros de la cohorte descansaban y se recuperaban, sin hacer nada en particular. Dormían, consumían deliciosas comidas y pasaban el tiempo en ocio.