—Viajar a través del túnel submarino retorcido era una lucha constante... pero, curiosamente, era mayormente seguro. Justo como había dicho Flor de Viento, mientras El Rompedor de Cadenas no tocara el agua, había poco dentro del vórtice que pudiera amenazarlos.
—Si el barco volador tocaba las paredes giratorias del túnel, sin embargo, la muerte estaba casi garantizada, no solo por la corriente terrible y la presión aniquiladora, sino también porque causar incluso la más pequeña ondulación alertaría a los seres horripilantes que moran en la profundidad insondable del Gran Río de su presencia.
—Mantenerse alejado de las paredes no fue desafiante al principio, pero cuanto más descendían, más peligrosa se volvía la situación. El túnel se estrechaba, mientras sus giros se volvían más frecuentes y pronunciados con cada día que pasaba. A veces, se doblaba tanto que El Rompecadenas volaba hacia adelante durante un tiempo en lugar de descender continuamente.