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Seis Reflejos… seis Bestias Trascendentes. Todas asumiendo la forma de los Santos de los grandes clanes.
Sunny sintió frío al mirar las sonrientes caras de los simulacros.
…Y la cara de Mordret.
El resto de los emisarios parecían tan conmovidos como él, incluso si algunos lograban ocultar sus emociones mejor que otros.
Los representantes de Valor estaban, comprensiblemente, sombríos. Incluso la compostura de Morgan se resquebrajó por un segundo, revelando un atisbo de debilidad. El pálido rostro de Santo Cor se volvió aún más ceniciento.
Pero incluso los Santos de Canción parecían sorprendidos por la inesperada demostración de poder de Mordret. Parecía que no conocían el alcance de sus habilidades tan bien como pensaban.
Por unos largos momentos, no hubo más que un escalofriante silencio. Luego, Morgan escupió, su voz llena de desprecio:
—¿Debería… debería impresionarme? Qué… astuto truco. Bravo —.
La sonrisa de Mordret solo se ensanchó.
