—Deja de pensar tonterías, Pimienta. No intentes aprovecharte de nuestra hija —Escáthach miró a las otras mujeres—. Esto va para todas. Si atrapo a alguna de ustedes tratando de aprovecharse de ella, les espera una sesión de entrenamiento bastante intensa.
—Hmm, inclúyeme también en ese entrenamiento —Jeanne apoyaba completamente. Como una de las esposas más bondadosas, no quería ver a sus hijas siendo explotadas por sus madres.
—Inclúyanme también. Ningún niño será explotado aquí mientras yo viva —Anna habló en un tono extremadamente serio, sus ojos dracónicos rojos brillando intensamente, recordando la mirada seria de Víctor.
—Yo también ayudaré —Hestia Elderblood asintió con la cabeza.