Capítulo 939: Los hijos de Loki y un antiguo dragón.
En los confines helados del Reino de Helheim, donde los vientos mordientes susurran oscuras leyendas y las noches eternas sumergen la tierra en una oscuridad perpetua, se despliega un paisaje desolado. El suelo, cubierto de nieve y hielo, parecía haber sucumbido a la misma melancolía que impregnaba el lugar, transformándolo en un reino de desesperación y desolación.
Las desafortunadas almas que encontraron su destino aquí eran aquellas consideradas indignas de ascender a Valhalla, el paraíso reservado para los guerreros más temerarios, o a Fólkvangr, el Dominio Celestial de la diosa Freyja. En su lugar, están condenados a vagar eternamente por las tierras congeladas de Helheim, donde la noche eterna solo se ve interrumpida por una tenue y espeluznante luz lunar.