—¿No usará sus dagas? —preguntó Rosa mientras observaba la pelea.
—No durante este entrenamiento, creo —dijo Escáthach—. Después de todo, el objetivo es acostumbrarse a sus cuerpos.
—Lástima, quería ver el estado de su Técnica —murmuró Rosa.
—No creo que sea una Gran Maestra como nosotras, pero está en el límite del Maestro. Solo necesita iluminación para alcanzar el Gran Maestro —aunque Carmila era muy talentosa, no se podía alcanzar el nivel de Gran Maestro solo con talento; la iluminación también era necesaria.
—Claro, esto es solo una especulación por mi parte.
—... Luchemos contra ella más tarde —dijo Rosa.
—Eso es una buena idea... Incluyamos a Agnes, Natashia y Naty también.
—¡Eh! ¡No me metan en una pelea sin mi permiso! —gruñó Agnes.
—¿Eh? ¿No quieres esforzarte para acostumbrarte a tu cuerpo?
—...Quiero decir, no es que no quiera. ¡Solo no quiero que decidan cosas por mí! —habló Agnes.
Escáthach rodó los ojos —Deja de ser dramática, mujer, y acéptalo.
