Capítulo 332: Una Santa y un Súcubo.
Unos minutos después, Anna y Jeanne estaban en un bosque cerca de la Capital Real.
Caminaban tranquilamente mientras hablaban entre ellas, no habían visto el mundo exterior durante miles de años y simplemente disfrutaban del refrescante aire de la naturaleza.
—No puedo creer que nos haya dejado ir tan fácilmente —comentó Jeanne con un suspiro de alivio.
Para cuando se despertó, no tuvo tiempo de disfrutar del paisaje ni saber cuánto tiempo habían dormido. En cambio, tuvieron que usar rápidamente sus poderes y ponerse en contacto con sus respectivas conocidas.
Para Anna fue más fácil ya que, como Demonio y antigua general, tenía contacto directo con Lilith.
Por otro lado, Jeanne tuvo que rezarle a Dios, algo que le molestaba mucho y como ahora era una Vampira, el simple contacto con la energía de Dios hacía que su cuerpo le doliera.