En una habitación reservada solo para Víctor y sus compañeros.
—No entiendo algo... —Sasha, que había vuelto después de ayudar a su madre, habló.
—¿Qué es? —Violeta preguntó con curiosidad.
—¿Por qué mi madre usa una espada occidental?
—Si mal no recuerdo, nuestras artes marciales se enfocan más en el uso de dagas. —No sabía si su madre entrenaba en algo más, pero...
Desde una edad temprana, Sasha fue entrenada para usar dos dagas combinadas con velocidad del relámpago, una hoja afilada con una velocidad muy alta podía causar bastante daño.
—Tradición, ¿creo? —Siena habló.
—Sí, creo que también es eso. —Lacus estuvo de acuerdo con su hermana.
—Fumu, Fumu, Fumu. —Pimienta no tenía nada que comentar, y simplemente hacía ruidos extraños mientras comía algo parecido a palomitas de maíz de sangre.
Las hermanas acababan de regresar de su salida, y como era de esperar, la pasaron muy bien. ¡La sensación de hacer lo que querías sin que tu mamá te estuviera vigilando era increíble!