Al ver acercarse a María, Carlos dijo:
—Al final... ¿Es este mi fin?
María mostró una gran sonrisa, en el rostro de la mujer no se podía ver ni una pizca de emoción, lo único que aparecía en su cara era hambre...
Hace mucho tiempo, fue superada por su hambre.
Eso era inevitable, ya que había sufrido un gran daño y su cuerpo necesitaba nutrientes.
¡Sí! La sangre de Víctor era un manjar de primera, pero María sabía que solo había obtenido unas pocas gotas de la sangre de Víctor solo por el bien de Sasha, Víctor no daría su sangre voluntariamente.
Y también sabía que estaba viva solo por Sasha. Víctor habría dejado que muriera en ese momento, y ella nunca olvidaría la sonrisa de ese hombre cuando la vio perder lentamente la vida.
Esa sonrisa tocó profundamente el corazón de María, recordándole lo aterrador que podría ser Víctor.
Un ser cruel, un ser sin misericordia y al mismo tiempo, un ser que cuidaba de aquellos cercanos a él.
