—¡Ardan, perras!
—¡AHHHHHHHHHHHH! —Se pueden escuchar por todas partes los gritos de hombres agonizando al ser quemados vivos.
Violeta parecía una psicópata loca caminando por ahí prendiendo fuego a todo con una gran sonrisa en su rostro.
—Arde en el fuego sagrado. ¡La inquisición ha llegado, perras! —Violeta patea la puerta de una habitación y asusta a todos los presentes.
—¿Eres una cazadora!?
—¡Estamos del mismo lado!
—¿Por qué haces esto!?
Violeta hace una cara como si estuviera mirando a un tonto, —¡Qué pregunta tan estúpida!
—¡Es porque quiero!
—¡Estás loca!
—Dile 'hola' a Dios de mi parte, dile que su esposa es una perra que lo engaña... ¡Ah, pero si te mandan al infierno, dile a Satanás que tiene que encontrarse con Dios! ¡Su romance homosexual todavía no ha progresado después de miles de años!
—No estás haciendo ningún sentido, ah--.
Violeta apunta con su mano al hombre y dice con una sonrisa distorsionada,
—Lo sé.
Fushhhhhhhh