—Buenos días, madre —dijo Violeta al bajar las escaleras que llevaban al segundo piso.
Anna, quien estaba preparando el almuerzo, miró hacia las escaleras
—Oh, Violeta. ¿Ya te despertaste?
—Sí, madre.
Le mostró una sonrisa gentil al escuchar lo que decía Violeta, reflexionando sobre cómo habría sido tener una hija.
—¿Dónde está mi hijo? —preguntó.
—Todavía está durmiendo —dijo Violeta en un tono neutral.
—Hmm... —Anna miró a Violeta por unos segundos mientras parecía estar pensando en algo—. Bueno, pronto despertará, siempre ha sido dormilón.
—Recuerdo que tenía que despertarlo varias veces para ir a la escuela —habló con una sonrisa gentil, rememorando un pasado nostálgico—. Era tan pequeño... Ahora es un hombre grande. —Se rió divertida.
Violeta mostró una pequeña sonrisa, pudo notar que la mujer se dio cuenta de su pequeña mentira, pero no dijo nada porque no tenía necesidad, como Anna misma dijo en el pasado, "Víctor es un adulto."