¡Bonk!
—Cariño, ¿qué estás haciendo? —Violeta, Sasha y Rubí golpearon a Víctor en la cabeza.
—Eh...?
—¡No asustes a tus padres! —Las tres hablaron.
Víctor miró a sus padres y vio que estaban paralizados de miedo.
—Ah... —Víctor se rascó la nuca; se sentía mal ahora.
Y luego hizo algo que dejó a León y Anna sorprendidos.
—Lo siento por eso, Padre, Madre. No quería asustarlos.
Hizo una reverencia y se disculpó...
—... —Incluso las esposas de Víctor se sorprendieron por esta demostración. Pensaron que él nunca bajaría la cabeza ante nadie, ni siquiera ante sus padres.
—¿Hmm? —Víctor levantó la mirada cuando notó el silencio en la habitación.
—¿Pasa algo?
—…¿No acabas de decir que no inclinarías la cabeza ante nadie? Ni siquiera ante Dios mismo? —preguntó León.
—¿Sí? ¿Cuál es el problema? Oh… Ya veo, de esto se trata. —Víctor entendió lo que León preguntó, así que mostró una sonrisa gentil: