Después de una larga discusión, todo el grupo volvió a sus respectivas habitaciones.
Al llegar a la habitación donde Víctor dormía con sus esposas, alimentó a sus queridas esposas con su sangre, y poco después, les dijo que iba a visitar a Escáthach.
—Necesitamos resolver esto en el futuro —dijo Rubí mientras se acostaba en la cama vistiendo un sexy camisón negro.
—Sí, cuando nuestro esposo regrese al mundo humano, podremos hablar con él —dijo Sasha y pronto también se acostó. Decidió dormir en pijama de conejito hoy.
—Tsk, esa mujer, ¿por qué se enamoró de mi esposo? —Los ojos de Violeta no eran bonitos. Llevaba una larga camiseta negra que parecía ser de Víctor y braguitas negras.
—¿Estás bien con esto, Rubí? —Violeta miró a Rubí.
—...¿Eh?
—Quiero decir, ella es tu mamá, ¿verdad?
—Sí... Pero, ¿qué voy a hacer? Nunca he visto a mi mamá así antes, no sé qué hacer.