—Víctor.
—¿Sí?
—¿No quieres ser un noble vampiro?
—Pero ¿no lo soy? —Víctor no entendía la pregunta y recordó que su esposa había dicho eso cuando se conocieron por primera vez.
—No es eso. Estoy hablando de ser un noble de pleno derecho. Tendrás tu propio Clan, podrás crear subordinados y podrás construir tu propia influencia.
—Ah. Genial.
—¿Qué piensas? ¿Quieres ser un noble?
—¿Eh? De ninguna manera. Prefiero entrenar.
—... ¿¡RECHAZÓ!? —Todos querían gritar ahora.
Nadie, absolutamente nadie, rechaza una oferta del rey... Solo Escáthach puede hacer eso, pero es porque está loca.
Espera... Víctor es su discípulo y él es el loco que atacó al rey.
¡Él también está loco!
—¿Eh? Pero tendrás tiempo para entrenar. —El rey fue tomado por sorpresa.
—No me mientas, he visto el trabajo de Siena. Esa mujer pasa más tiempo trabajando que entrenando.
—Si voy a vivir así, prefiero entrenar con mi maestro.
—... —Escáthach exhibió una pequeña sonrisa cuando escuchó lo que Víctor dijo.