Una ciudad oscura con arquitectura que me recordaba a tiempos medievales. Un lugar donde el sol nunca sale; un lugar donde cada rincón es un peligro desconocido; una ciudad construida pensando en la naturaleza de los vampiros. Esa fue la impresión que tuve cuando la vi por primera vez.
—Bienvenido a Nightingale, La Ciudad de la Luz de Luna, Extranjero~ —escuché la voz de la chica.
Miro a ella y pregunto:
—¿Quién eres? ¿Y dónde estoy...?
—¿Yo? Mi nombre es Lacus —respondió, pero de repente otra voz intervino:
[Señor Víctor, estás en el mundo de los vampiros, ten cuidado al actuar.]
—¿Kaguya? —llamé confundido, miro a mi alrededor, y no la veo, pero cuando miré a mi sombra, vi la sombra de Kaguya; parecía tener una leve sonrisa en su rostro.
—¿Kaguya…? —La chica parecía confundida.
—No importa —dije, intentando cambiar de tema.
Miro hacia abajo y veo que estaba en una bata de dormir:
—¿Dónde están mis ropas? —La chica no dijo nada, simplemente señaló un lugar.