Mientras Víctor visitaba a sus amigos, un pequeño caos estaba ocurriendo en la habitación donde duerme con sus esposas.
—No está. No está. No está... Este parece un vestido de anciana.
—... ¿Vamos a estar así también cuando nos toque a nosotras? —preguntó Sasha mirando a Violeta, quien solo llevaba un sujetador negro y bragas negras.
Estaba frente al armario, sacando toda la ropa de él y tirándola sobre la cama. Parecía muy indecisa sobre qué iba a ponerse.
—¿Probablemente? —respondió Rubí.
—Difícil de decir, ¿eh?
—Sí... —asintió Rubí.
—¡¿Me pueden ayudar!? —Violeta de repente las miró a ambas.
—... —Las dos se quedaron sin palabras.
—¿Pero no eras tú la que no quería nuestra ayuda? ¿Te estás volviendo senil? —Sasha respondió de mal humor.
—Lo que sea, solo ayúdenme!
—Ugh. Esta chica es muy irracional.
—Esto no es nada nuevo.