—¿Cultivo dual? —Víctor, Violeta y Sasha estaban confundidos.
De alguna manera, Rubí y Lacus suspiraron aliviados cuando se dieron cuenta de que eran los únicos que entendían.
—¡Pimienta! ¡Deja de decir tonterías! —dijo Rubí.
—Awawawawa, ¡lo siento! Pero te sonrojaste y actuaste raro, pensé que-
—¡Basta! ¡De acuerdo! ¡Entendemos! —Lacus cierra la boca de Pimienta.
—Hmmhmmmm, —Pimienta trató de decir algo, pero solo salieron sonidos extraños de su boca.
—¡No dejes que diga nada! —Rubí ordenó.
—¡Lo sé! —dijo Lacus.
—Basta, —dijo Siena, tratando de poner orden en la situación, miró a su madre.
—¿Hmm? ¿Qué pasa, Siena? Me estaba divirtiendo~ —dijo Escáthach. Para ella, una persona aburrida, ver a sus hijas jugar con su yerno era algo agradable.
—Madre, ¿por qué la Señora Victoria declaró la guerra? —preguntó Siena con un tono serio.
—!!! —Al escuchar el nombre familiar, Sasha reaccionó—. ¿Tía? ¿Qué está haciendo mi tía?