"Maestro...?" María miró la cara de Víctor preocupada mientras no parecía verse afectada por la sonrisa del hombre.
—¿Mmm? —Víctor levantó la mirada y miró a María:
—... ¿Qué estás haciendo? —preguntó en tono neutro.
—Maestro parecía estar sufriendo... Así que lo abracé para aliviar su dolor —dijo con una cara decidida—. Era una cara que no mostraba que tenía segundas intenciones.
—... —Víctor entrecerró ligeramente los ojos.
—... —María miró a Víctor con un brillo en sus ojos, y parecía que estuviera mirando a un 'ídolo', más precisamente, a un 'dios'.
Un silencio incómodo se apoderó del lugar.
—... Ya veo —entonces, en un intento de salir de este incómodo silencio, levanta la cara y se reclina en su trono de hielo.
—Maestro, ¿estás bien?
—Sí, estoy bien, mi sirvienta.
Las orejas de María se movieron un poco cuando oyó 'mi ama':
—...Oh, ¡eso es bueno! —por alguna razón parecía muy feliz.