Escáthach levantó un dedo —Primero, él no es tu yerno. Es MÍO. Solo mío.
—¿Eh...? —¿Qué tonterías está diciendo esta mujer? ¿Se ha vuelto senil? Si ese hombre está casado con nuestras hijas, ¡también es nuestro yerno!
—… —Adonis y Guillermo abrirán sus bocas conmocionados. ¿Acaba de ponerse celosa esta mujer?
En los ojos de los dos hombres, el acto de Escáthach de declarar a su yerno como suyo era claramente un acto de celos.
—...Es un hombre afortunado... —Los ojos de Guillermo brillaron por unos segundos cuando se dio cuenta de que alguien había logrado ganarse el afecto de Escáthach, ¡y no era cualquier persona, era un hombre!
—… —Adonis no dijo nada, pero interiormente, estuvo de acuerdo con las palabras de Guillermo.
—Segundo, está en mi casa ahora. Eso debería ser obvio. —Habló con cara de desprecio.
—... —Natasha asintió y pareció pensar por unos segundos—, Quiero permiso para visitar tu territorio.