Paola se detuvo al escuchar el sonido. Cuando vio a Chloe, saludó obedientemente —Hola, Tía.
—¿A dónde vas descalza? —Chloe caminó frente a Paola y le preguntó suavemente.
—A buscar a Mami —respondió Paola con sinceridad.
—Tu mamá sigue durmiendo. ¿Por qué no te llevo a jugar afuera?
—No, Mamá quiere que le dé un beso todos los días —Paola se negó.
Chloe se sintió un poco avergonzada después de ser rechazada tan directamente.
—Paola, ¿quieres un helado? —preguntó Chloe.
Los grandes ojos de Paola brillaban porque amaba el helado.
—Ven conmigo abajo. Te compraré un helado ahora, ¿de acuerdo?
—Uh... —Ante su madre y su helado favorito, comenzó a dudar.
—Deja que tu mamá duerma un poco más. Iremos a buscarla después de haber comido helado, ¿de acuerdo? —Chloe intentó tentarla—. De lo contrario, si tu madre se entera, definitivamente no te dejará comerlo.
Engañada por Chloe, Paola asintió y tomó la mano no lesionada de Chloe mientras bajaban las escaleras juntas.
