Nox llevó a Mónica a su habitación privada, que estaba vacía.
Mónica frunció el ceño. —¿Estás bebiendo solo?! ¿Dónde está tu prometida?
—Ella tiene que asistir a una cena de empresa esta noche —dijo Nox con franqueza.
—Así que estás solitario.
—¿Parezco solitario para ti? —Nox se quedó sin palabras—. Apúrate. Siéntate y bebe conmigo–
—¡Ugh! ¡Ugh! —El sonido provenía del baño en la sala privada.
La mano de Mónica que sostenía el vaso se detuvo de repente y se volvió a mirar el baño.
—Finn está borracho —dijo Nox sin rodeos.
La expresión de Mónica se ensombreció. Luego, dejó su vaso y estaba a punto de irse. No le importaba beber con Nox, pero realmente no quería ver a Finn.
—Mónica —Nox la detuvo—. ¿Por qué tienes tanto miedo de ver a Finn?
—Simplemente no creo que sea necesario.
—Supongo que aún no puedes olvidarlo
—Ya no me gusta él.
Nox estaba un poco sin palabras, pero continuó diciendo, —¿No has amado a Finn durante muchos años?