Jorge miró a Candice. No esperaba que ella tuviera tanto que decir.
—Entonces, para que nos llevemos mejor, creo que deberíamos hacer las paces.
—No necesito hacer las paces contigo —Jorge se negó de nuevo.
Realmente le rompió el corazón.
—Si quieres ganarte el favor de mi padre, solo cuida bien a mi hermana —dijo Jorge—. Yo no soy importante.
Candice estaba atónita. ¿Decía que no era importante porque sentía que su padre no lo amaba?
El corazón de Candice volvió a doler.
Ella dijo:
—Tu padre está demasiado ocupado. Por eso no tiene tanto tiempo para pasar contigo.
—No necesito su compañía —dijo Jorge con firmeza.
Él era muy maduro para su edad y no tenía para nada la naturaleza de un niño. Era como si lo hubiera pensado todo y lo hubiera comprendido.
—Te haré compañía de ahora en adelante.
Candice sintió que tenía mucho que decirle a Jorge, como la impotencia de Edward. Sin embargo, al final, sintió que no tenía sentido explicar demasiado.