Sin embargo, solo ahora se dio cuenta de que estaba equivocado.
Mónica no creía que él fuera sincero y no le daría la oportunidad de tomar la iniciativa para reconciliarse. Ella realmente lo había dejado ir, y él estaba muy familiarizado con dejar ir a alguien.
Ese año, cuando Mónica lo abandonó, él también sintió lo mismo. Si no fuera por el hecho de que Mónica casi muere por él, nunca se daría la oportunidad de aceptarla.
Entonces, nunca más estarían en la vida del otro y se alejarían más y más.
—No necesitas tiempo —los ojos de Mónica estaban borrosos por las lágrimas, pero su voz era calmada.
Finn la miró y vio las lágrimas que corrían por su rostro, pero no había rastro de tristeza en su cara. Era como si ... las lágrimas no fueran producto de la tristeza, sino una reacción natural del cuerpo.
—No necesitas tiempo. Te irá muy bien —dijo ella.
Ella, por otro lado, necesitaba mucho tiempo para dejar ir sus sentimientos por Finn.