Las citas generalmente no terminarían demasiado temprano. Sin embargo, después de caminar por la sala de estar unos minutos, de repente vio a Edward.
Jeanne miró la hora en la sala de estar. Eran solo las 8 p.m. Aunque estaba sorprendida, no preguntó más.
Observó cómo Edward pasaba junto a ella y se preparaba para subir las escaleras.
—Edward.
Edward se detuvo en su camino.
—Quiero conocer a Susan —dijo Jeanne sin rodeos.
Los ojos de Edward titilaron, y él volvió la mirada hacia ella.
—No tengo malas intenciones. Solo quiero hablar un rato con ella —Jeanne dijo—. Si no está bien, olvídalo.
—Susan vendrá a ver a mi papá mañana.
¿Eso significaba que ya se estaban conociendo las familias?
—La traeré —dijo Edward.
—Gracias.
Edward asintió antes de subir directamente las escaleras.
Jeanne, por otro lado, no le prestó más atención y continuó caminando lentamente por la sala de estar.