Mónica hizo todo lo posible por controlar sus emociones mientras caminaba lentamente hacia la habitación de sus padres. Si no fuera por Jeanne, ella realmente podría haberse comprometido.
Gary y Rubí se sorprendieron un poco al ver a su hija buscándolos, pero aún así, no le contaron a Mónica la situación actual de Tecnología Médica Cardellini.
Era para dejarla ser caprichosa. Aunque estaba claro que ella no estaba haciendo un buen trabajo, aún la apoyaban.
Padres como los suyos...
Los ojos de Mónica se pusieron rojos.
—Papá, ¿por qué no me dijiste que estás siendo obligado hasta este punto por la Junta de Directores? —exclamó ella.
—¿De quién lo escuchaste? —preguntó Gary.
—¿Quién más podría ser? Michael, ese desgraciado, ¡por supuesto!
La expresión de Gary se volvió fea. —No te dejes intimidar por él.
Su madre debió haberle contado su siniestro y astuto plan de Michael. Por eso su padre prefería soportar todo él mismo en lugar de dejar que ella sufriera por él.
