—Me están siguiendo —Finn cambió de tema.
La voz de Nox se puso seria—. ¿Qué?
—Lo noté ayer, pero no podía estar seguro. Salí hoy solo para confirmar mis sospechas y me di cuenta de que alguien, de hecho, me estaba siguiendo —Los ojos de Finn se estrecharon—. No son solo una o dos personas siguiéndome.
—¿Fue obvio que fuiste a verlo ayer? —La cara de Nox se oscureció.
—No lo creo —especuló Finn—. Si lo fuera, no habrían enviado a tanta gente para seguirme. Es precisamente porque quieren más información de mí. Pero creo que ellos saben que fui a verlo ayer.
—Ten cuidado. Se lo diré a Edward acerca de esto.
—Está bien.
Nox colgó y rápidamente llamó a Edward Swan.
Edward dijo:
—Espera por ahora.
—¿Y si...? —Nox estaba preocupado.
—Mientras Finn no vaya allí, nadie lo encontrará. Una vez que la herida en su cara se cure, dejaremos que muestre su rostro por la Ciudad de South Hampton. Solo necesitamos mantenernos discretos por ahora —dijo Edward.
—Entendido.