En un restaurante occidental de alta gama, Finn se fue, dejando a Mónica y a Michael atrás.
Mónica observó la silueta de Finn y lo vio alejarse tan fríamente y con determinación.
Finn la había abandonado una y otra vez.
Se mordió los labios con fuerza mientras las lágrimas se acumulaban en sus ojos.
—Mónica —Michael la llamó con cuidado.
Mónica volvió en sí y dijo:
—Quiero volver.
—Está bien —Michael aceptó sin decir nada más.
Recogió las muletas que Mónica había tirado y la ayudó a subir a su coche.
Los dos permanecieron en silencio durante todo el viaje. Mónica simplemente miraba por la ventana del coche en silencio mientras Michael le echaba algunos vistazos a Mónica.
Su expresión era un poco sombría.
Solo ahora, después de que Mónica y Finn se separaran de verdad, comprendió cuánto amaba Mónica a Finn. Había superado sus expectativas.
Llevó a Mónica de vuelta a su casa en silencio.
Mónica dijo:
—Michael, deberías volver y descansar temprano.