A ella y a Michael en este momento les estaba yendo diferente.
Parecía como si... la situación se estuviera volviendo cada vez más difícil de controlar.
Una vez que el coche llegó al estacionamiento subterráneo del apartamento de Mónica, Mónica abrió la puerta del coche y Michael la siguió afuera.
Monica aún no se había quitado el yeso, por lo que aún le costaba caminar. Por lo tanto, cuando Michael estaba a su lado, él la cuidaba e incluso se convertía en su "muleta".
Sin embargo, Monica rechazó el acercamiento de Michael hoy.
Michael miró a Monica con sorpresa. —¿Qué pasa?
Sonrió sencillamente como si no fuera consciente de las emociones de Mónica.
En ese momento, Michael hizo que Mónica se sintiera mezquina por juzgar a un caballero.
Como tal, ella frunció los labios mientras regulaba sus emociones.
Ella dijo:
—Todavía tienes muchas cosas que hacer y no quiero ocupar mucho de tu tiempo. Simplemente subiré yo misma en el ascensor.
