En el Jardín de Bambú, Mónica acababa de decirle a Michael que compraría la casa ella misma cuando vio a Finn aparecer.
Estaba un poco atónita mientras sostenía su teléfono.
Michael llamó su nombre varias veces —Mónica.
Sólo entonces Mónica volvió en sí, y caminó hacia un lado con el teléfono en la mano.
Nox miró a Mónica alejarse y se volvió para enfrentarse a Finn, quien obviamente no estaba de buen humor.
—No sabía que ella estaba aquí —mintió Nox.
Por supuesto, Finn no le creyó.
—Me voy a casa —dijo.
—Finn —Nox lo detuvo—. ¿Por qué le tienes miedo? Ella es la que debería esconderse.
—Sólo no quiero verla.
—Si no quieres verla, ella es la que debería largarse. ¡Párate derecho para mí! —Nox tenía una mirada severa en su rostro.
Sin embargo, Finn no era tan infantil.
Sólo sentía que, como ya no quería que el asunto fuera una carga para él, no quería traer problemas innecesarios sobre sí mismo.
Mónica regresó después de que la llamada finalizó.