Mónica se dijo a sí misma que no podía rendirse absolutamente.
Una vez que se rindiera, Jeanne podría realmente... no tener ninguna oportunidad de sobrevivir.
Se mordió el labio con fuerza, tratando de calmarse.
Mónica no podía entrar en pánico.
No podía estar desconcertada y perder la cabeza solo por una pequeña cosa.
En ese momento, contuvo las lágrimas e ideó un plan desesperado.
De repente llamó a Eden.
El teléfono sonó.
Después de un rato, la llamada fue finalmente conectada. —Mónica, ¿tan tarde
—¡Estoy en tu puerta principal. Dile a tus guardias que me dejen pasar! —¡Mónica estaba gritando!
—¿Qué estás haciendo en mi casa en mitad de la noche? —El tono de Eden no era muy bueno—. ¿Estás loca?
En realidad, el corazón de Eden no pudo evitar latir más rápido.
'¿Podría ser que Mónica haya descubierto algo?!'
'Eso es imposible.'