En el tribunal, Lunetta se quedó sin palabras.
No esperaba ser expuesta de repente y tan exhaustivamente.
—Señorita Walker —Judá esperó un rato pero no recibió respuesta—. Llamó su nombre de nuevo, claramente con un aura amenazante.
Lunetta apretó los dientes.
—Sí, fui yo quien lo escribió —dijo ferozmente.
Las comisuras de la boca de Judá se curvaron hacia arriba.
El resto de las personas en el tribunal también la miraban.
Joshua estaba a punto de derrumbarse en los asientos para el público.
Su cuerpo temblaba.
En este momento, a Eden no le importaba en lo más mínimo.
Nunca había pensado que habría un cambio tan repentino.
En el silencioso tribunal, Lunetta continuó:
— ¡Fue Jeanne quien me obligó a escribirlo!
De repente, la cara de Judá se oscureció.
Los ojos de Jeanne también se tensaron.
Joshua estaba atónito.
En este momento, Eden se sintió afortunado.
