—Este es un regalo de agradecimiento —dijo el Cuarto Maestro Swan.
Lo dijo en serio.
La palma de Jeanne... estaba caliente.
Podría empujar el recuerdo al fondo de su cabeza.
Podría haber pretendido que nada había sucedido.
En este momento, ¿cómo podría comer adecuadamente?
¿Cómo podría usar esta mano para recoger la comida correctamente?
Movió su palma y se liberó de la mano del Cuarto Maestro Swan.
Así es.
No lo hicieron al final.
Es sólo que...
Le ayudó a desahogarse un poco.
Su palma se movió ligeramente.
Parecía haber quedado una... indescriptible… sensación en su palma.
Sin embargo, la persona que lo inició parecía tranquila y compuesta. —En su agradable voz, dijo de nuevo:
— Sra. Lawrence, coma más.
Su mente sólo estaba llena de la sensación de su palma.
Edward ya había cogido sus utensilios y comenzado a comer.
Jeanne tuvo que reprimir sus emociones antes de coger su tenedor y comenzar a comer en silencio también.
Realmente no conocía el sabor de la comida.
